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Construye el mejor mosaico con los edificios valencianos modernistas más representativos

Turismo Turismo Valencia

26 abr, 2019

Desde ValenciaWorld te animamos a que visites la ciudad con una nueva perspectiva llena de color. ¡Completa nuestro mosaico con todas sus piezas! Aquí te dejamos las claves de la arquitectura modernista valenciana. Sigue el recorrido de estos edificios por toda la ciudad de la capital del Turia e imprégnate de un modernismo de lo más valenciano.

Mercado Central

El Mercado Central es el edificio más representativo de la Valencia que a principios del siglo XX avanza hacia el progreso tecnológico y mercantil y se siente orgullosa del potencial agrícola de su huerta. Fue construido entre los años 1910 y 1928 y en toda su estructura modernista, tanto interior -con su ornamentación alegórica- como exterior, se puede observar la apuesta por el progreso y por la producción agrícola.

En una panorámica paisajística de torreones y campanarios eminentemente valencia, se integran las cúpulas, que llegan a alcanzar hasta 30 metro de altura, de hierro, cristal y cerámica y las veletas de cotorra y de pez que las coronan.

Casa Ordeig 1907

Este edificio situado justo enfrente del Mercado Central, fue construido por Francisco de Mora y Berenguer en 1907. La casa Ordeig es un edificio de viviendas modernista, con un repertorio decorativo neogótico en el que se acumulan motivos inspirados en la cercana Lonja de Mercaderes.

Son destacables los grandes arcos de la planta baja y los miradores acristalados de los pisos altos, con arcadas sostenidas por columnillas, así como la decoración en yeso y esgrafiado de la cornisa y los balcones sobre la terraza, apeados sobre simulados matacanes escalonados y con delicadas rejas de forja.

Edificio Correos

Esta construcción de 1922 es símbolo del progreso que significaron las comunicaciones postales y telegráficas en las primeras décadas del s. XX. Los grupos escultóricos que posee presentan alegorías de las comunicaciones: las esculturas del tímpano representan a los cinco continentes y las figuras de los remates junto al reloj portan cartas y símbolos telegráficos.

Estación del Norte

La joya del modernismo por excelencia, construida en 1907 por Demetrio Ribes, tiene una fachada -con motivos vegetales, naranjas y flores de azahar- inspirada en la agricultura valenciana. Además incluye, entre otras referencias a la ciudad, las cuatro barras rojas sobre fondo oro del escudo heráldico valenciano.

La ornamentación del interior del edificio se realizó, con cerámicas vidriadas, trencadís y mosaico de la fábrica de "La Ceramo" de Benicalap. En el vestíbulo nos encontraremos una estancia muy cálida compuesta por combinaciones de madera, cristal y mármol. Todas las zonas quedan concienzudamente decoradas, ya que un rasgo típico del modernismo consiste en no dejar ningún detalle suelto.

Edificio Ortega

La casa ortega, situada en la Gran Vía, fue construida por Manuel Peris Ferrando en 1906 y se integra dentro de las viviendas modernistas en la línea "Art Nouveau". Sin entresuelo, cada planta tiene tratamiento diferenciado de huecos. Los vanos de medio punto, con marcos que pretenden transformarlos en circulares e incluso varios circulares partidos por un mainel, caracterizan la fachada.

La ornamentación, del escultor-decorador Joaquín Real, es un abigarrado conjunto de esculturas naturalistas, con representaciones humanas, animales y florales. El balcón tiene un complicado antepecho calado sostenido por dos atlantes. En el remate, la hiedra y grandes margaritas se entrelazan entre retorcidos zarcillos.

Edificio Chapa

La casa Chapa forma parte de un conjunto de edificios de estilo modernista que responde a un solo proyecto de fachada unitario de una longitud aproximada de 180 metros. En realidad consta de 8 parcelas, las del frente de la Gran Vía, que tienen en los chaflanes una traza irregular.

Estas parcelas fueron asignadas a tres arquitectos diferentes que manteniendo la unidad compositiva de la fachada consiguieron una decoración original con motivos geométricos y florales todavía que permanece intacta.

Mercado Colón

Se encuentra situado en una de las mayores manzanas del primer ensanche y con el inicio de su construcción en 1914 es una de las piezas más relevantes del modernismo en Valencia. Diseñado por Francisco Mora Berenguer aporta como novedad en este tipo de mercados su carácter abierto, que permite la visión a través del mismo produciendo una agradable sensación de diafanidad y transparencia.

Tiene una gran ornamentación en su colorida fachada, con detalles de cerámica típicos de la zona, además de una verja artística de forja que rodea la instalación. Todos los elementos han sufrido una minuciosa restauración. El edificio se inaugura en la Nochebuena del año 1916, con gran aceptación por parte de la sociedad de la época.

Casa de los dragones

Lo que singulariza este edificio muy próximo al Mercado de Colón de 1901 es sin duda la peculiar decoración de sus fachadas en un personalísimo estilo del autor que ha sido bautizado como Medievalismo fantástico.

En este caso son los dragones el motivo ornamental predominante, dentro de un abigarrado conjunto de elementos neogóticos, ornamentos florales, curiosas columnas voladas sobre ménsulas y motivos un tanto extravagantes como la locomotora alada, símbolo del progreso, decorada con una estrella a la que se le han querido buscar diferentes significados, pero que corresponde simplemente al escudo de la Compañía de Ferrocarriles del Norte.

Es destacable el cuidado y preocupación que dedica a las denominadas “artes menores”, fundamentalmente la cerrajería, diseñando hasta los más mínimos detalles.
Palacio de la Exposición

El Palacio Municipal, hoy llamado Palacio de la Exposición, formaba parte de los diferentes edificios construidos para la Exposición Regional celebrada en Valencia en 1909, que, en su mayoría, fueron demolidos cuando terminó el certamen. Sólo algunos edificios se salvaron de la desaparición y fueron reutilizados con otros fines, entre ellos, el Palacio de la Exposición.

Su estilo trata de evocar los edificios más representativos del gótico florido de la ciudad, fusionándose en un solo conjunto la arquitectura civil, militar y religiosa de la época.

El edificio consta de dos partes: el ala noble y el ala del patio. Se accede al interior por el vestíbulo, iluminado por un lucernario, en donde destaca una escalera que conduce a la planta superior. Allí se encuentra el Salón de Recepción o Salón Noble. Este salón deja maravillado a todo el que lo visita por la belleza de sus vidrieras emplomadas, cuya iluminación ofrece diferentes juegos cromáticos, sus artesonados de escayola policroma, su suelo de mosaico Nolla y los altos zócalos de azulejos.

Balneario

El Balneario de la Alameda, antiguo Asilo de la Lactancia, es un edificio de la época de la Exposición Regional de 1909 que fue destinado a guardería para los hijos de las trabajadoras de la Tabacalera.

Obra del arquitecto Ramón Lucini Callejo, sigue la tradición constructiva del XIX con pervivencia del academicismo, y cierto modernismo historicista. Su fachada cóncava, está precedida por un pequeño pórtico y cerrada por una verja. Está construido de fábrica de ladrillo con listas de bandas de azulejos en tonos azul y blanco.

Fábrica de tabacos

También producto de la Exposición Regional de 1909 está edificado para perdurar en el tiempo, su estilo serio y severo contrastaba con el carácter efímero y pomposo del resto de los vanos escarzanos sin apenas decoración, la planta rectangular se inspira en el Monasterio del Escorial.

Este es el mayor edificio de su época, con disposición simétrica se concibe dentro de parámetros de acusada austeridad. Sobre un sencillo zócalo de piedra de Moncada, se levanta una potente fábrica de ladrillo bien trabajado, que compone grandes paramentos lisos, con escasos vanos. Solo la fachada principal, con un potente arco de piedra de medio punto, admite algunos motivos ornamentales.

Palacete y Jardines de Ayora

Este edificio de 1900 posee, a tono con la fecha de su construcción, un marcado carácter modernista valenciano, con mezcla de estilo clasicista y con una combinación de diversos materiales en sus muros, que le dan cierta policromía. Además, está acompañado por un hermoso jardín con toques románticos.

El interior de la planta noble contiene una decoración suntuosa; techos dorados y policromados que tienen en el centro plafones en relieve y rodeándolos un amplio enmarcado de molduras y artesonados, destacan dos pinturas con figuras alegóricas femeninas, geniecillos alados y motivos vegetales de excelente escuela pictórica.

Asilo de San Juan de Dios

Diseñado por el arquitecto Francisco Mora Berenguer en 1907, el Hospital-Asilo de San Juan de Dios responde a una nueva concepción higienista que se plasma en la disposición abierta del edificio con amplias galerías y terrazas para aprovechar los beneficios del sol y de la brisa marina.

La planta general del edificio adopta una disposición simétrica basada en un cuerpo central de mayor altura y dos alas laterales que surgen perpendicularmente de sus extremos. La construcción hace un uso abundante del ladrillo utilizado con criterios de austeridad que sólo se varían en la parte superior del cuerpo central en donde formaliza un remate de corte neomudejar.

Se construyó en un principio para los religiosos de la Orden, dedicada tradicionalmente al cuidado de los pobres y enfermos, pero se especializó en el cuidado de niños escrofulosos e inválidos, y es hoy en día un moderno centro hospitalario.

 

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