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Los Baños del Almirante de València

Turismo Turismo Valencia

07 jun, 2019

Estos Baños del Almirante componen una pieza única de la época ya que no es que sea uno de los pocos baños musulmanes que podemos encontrar en España, sino que es el único baño árabe que ha permanecido activo ininterrumpidamente desde su creación hasta el siglo XX.

Las salas de los Baños del Almirante

El vestíbulo

Constituye la sala más espaciosa de toda la construcción y era utilizada para desvestirse, vestirse y como zona de descanso o donde los usuarios de los baños musulmanes solían sentarse a conversar.

La sala fría

Esta sala tiene una forma rectangular y está cubierta con vuelta de cañón y con diez tragaluces. Conforma la primera sala de la parte húmeda del baño. Es un espacio de transición antes del inicio de las actividades higiénicas. En este espacio se pueden contemplar los únicos restos delpavimento medieval.

El almacén

Esta estancia era servida para guardar los utensilios y enseres que utilizaban los usuarios del baño: toallas, cubos, jabón, zuecos…

Letrinas

Los Baños del Almirante de València disponían de una pequeña sala en la que se encontraba una letrina para el uso de los bañistas. La letrina era un banco de madera con un apertura circular dentro del cual existía una canalización por la que circulaba agua constantemente.

La sala tibia

Esta sala es la que tiene un mayor tamaño dentro del conjunto de salas húmedas. Los usuarios de los baños árabes de València pasaban en esta estancia la mayor parte del tiempo ya que en ella había unas condiciones de temperatura y humedad óptimas.

Aquí se enjabonaban y enjuagaban utilizando un cubo donde previamente habían combinado el agua fría y el agua caliente.

La sala caliente

En esta parte de los Baños del Almirante de València, la temperatura era muy elevada y el ambiente estaba cargado de vapor. Para generar esta atmosfera existía, por debajo de la sala, una galería por donde circulaba aire caliente. Este aire conseguía calentar el suelo, hacía cual se colocaban cubos de agua que generaban este vapor. Los bañistas podían recoger el agua caliente directamente de la caldera o de la pica.

La sala de la caldera

Este espacio solo supone una pequeña parte del antiguo habitáculo donde se encontraban la caldera y la leña. El agua avide esta caldera se calentaba a través de un horno, que utilizaba, además, para llevar el aire caliente a la galería ubicada debajo del pavimento de la sala caliente.

Historia de los Baños del Almirante

Estos baños árabes de Valencia fueron construidos por Pere de Vilarasa, caballero y jurista durante el reinado de Jaime II, y empezaron a edificarse en el año 1313 y se finalizaron en el 1320. Su estructura y diseño tienen un carácter que evoca a los baños de vapor o hammam propios de la arquitectura islámica y, en consecuencia, estos baños musulmanes deben encuadrarse dentro de la arquitectura mudéjar valenciana, a pesar de haber sido levantados ya en época cristiana.

A lo largo del siglo XIX los diferentes propietarios de estos baños árabes llevaron a cabo reformas para acondicionar el inmueble. Por un lado, se instalaron bañeras de mármol en cabinas unipersonales y, por otro, se le proporciona a la construcción un estilo oriental con la edificación del arco de la entrada y la decoración interior con azulejos de carácter neonazarí. Con la excepción de que, la única pieza de estos baños musulmanes que no se conserva a lo largo de estas reformas, fue el vestíbulo.

En torno al año 1959, las puertas de los Baños del Almirante se cierran para los ciudadanos después de haberse utilizado durante más de seis siglos como baño público.

El estado de los baños árabes de Valencia, antes de iniciarse la última de las reformas a la que se ha visto expuesta en el año 2000, era consecuencia del gran número de intervenciones que sufrió, algunas de transformación y otras de adaptación del edificio según la evolución que se llevaba a cabo en el uso de la construcción como baño desde la segunda mitad del siglo XX.

Además de las reformas interiores, se produjeron modificaciones derivadas de la evolución urbana como la ampliación y mejora a principios del siglo XIX que experimentó la calle en la que se encuentran situados los Baños del Almirante de València. De la misma forma, también se llevó a cabo una remodelación a finales de este mismo siglo XIX en la que se construyó un inmueble sobre la sala caliente de los baños musulmanes, y que supuso la apertura de sótano y la supresión de una parte importante del hipocausto situado bajo el pavimento.

Las consecuencias de esta retahíla de reformas que han experimentado los baños árabes de València se han materializado en graves alteraciones de menajes e importante grietas que ponían en riesgo el futuro del edificio.

El proyecto de restauración

La remodelación de los Baños del Almirante en València se comenzó a abordar a finales del año 2000, cuando se redactó el proyecto que fue producido por un grupo de personas de diferente formación, encabezado por los arquitectos Julián Esteban Chapapría y Ricardo Sicluna Lletget, pertenecientes a la Consejería de Cultura y Educación, y por José Luis Robles, de la Consejería de Economía y Hacienda. Por motivos del carácter e historia de la construcción, la arqueóloga Concha Camps tuvo un papel primordial en todo este proceso.

La reconstrucción de los baños árabes de València se enfocó en tres zonas: las salas húmedas, el vestíbulo y el espacio que existe entre estas anteriores y la fachada que da a la calle, con la intención de adaptar el edificio para que sea viable su visita y exposición.

La reforma llevada a cabo fue muy precisa a la hora realizarse de forma que se respetase la estructura original de funcionamiento, a través del cierre de los agujeros que no se correspondían con los pasos originales, recomponiendo los alrededores de la sala caliente y la zona del hipocausto desaparecido, así como la reparación de desperfectos en los muros. Para reformar la periferia y los alrededores de los baños musulmanes se utilizaron lechadas de cal.

Los tragaluces en forma de estrella que inundan el techo del edificio, fueron rehabilitados de acuerdo a su estado de conservación y su cierre fue resuelto con unas piezas de vidrio que los cubre. El suelo de las diferentes estancias fue construido con piezas de cerámica con las mismas medidas que las originales y en la sala fría se utilizaron el resto de piezas originales encontradas. Además, para recrear la finalidad original de los baños, durante la reforma, se instalaron equipos de sonido, iluminación y efectos especiales.

Todo este trabajo ha sido realizado de forma que se han respetado las partes de la construcción original que se encontraban en buen estado, con soluciones adaptadas a la edificación inicial y unos remates que intentan recrear la forma de operar hasta el siglo XVIII.

Sobre el hueco del vestíbulo se ha colocado una pieza que completa la topología arquitectónica de los baños hasta hacerlos comprensibles, el objetivo principal del cual ha sido sustanciar la esencia del espacio, es decir, la altura, la fuente de luz… sobre la base de la imagen transmitida por el viajero francés Laborde.

Finalmente, en el espacio que queda entre los baños y la calle se ha resuelto con un cuerpo de nueva planta que sirve de acceso al monumento, y en el cual se mantiene el hueco de ingreso de decoración neoárabe.

Información de utilidad

Horarios de visita 

De martes a viernes de 10.00 a 18.00 horas.
Sábados de 10.00 a 14.00 horas.Lunes cerrado

Cómo llegar a los Baños del Almirante

Los que decidan visitar los Baños del Almirante de València podrán hacerlo dirigiéndose a la parada de metro de Pont de Fusta, utilizando las líneas 4 y 6.

Por otro lado, los que prefieran utilizar el servicio público de autobús podrán dirigirse a la parada de Pau-Bonaire utilizando las líneas 4, 6, 8, 9, 11, 16, 26, 28, 31, 70, 71.

 

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